El arroz es uno de esos alimentos que levanta pasiones. No solo es un cereal nutritivo y uno de los más versátiles desde el punto de vista culinario, sino que además es el ingrediente fundamental de la paella (o mejor dicho, del arroz hecho en paella), que es uno de los iconos de la gastronomía española. Por no hablar de que para la mitad de la población mundial supone la principal fuente de energía de su alimentación.

Existen diferentes tipos de arroz. Pero el arroz integral es el más aconsejable porque conserva su grano entero, de ahí su mayor interés nutricional.

Otras variedades de arroz que mantienen su grano entero son el arroz negro, el arroz salvaje y el arroz rojo.

En cambio, el arroz blanco o basmati solo mantiene la parte del endospermo, por lo que su calidad nutricional es más baja. La diferencia entre las variedades de arroz reside únicamente en su calidad y composición nutricional, no en las calorías, ya que a nivel calórico no existen muchas diferencias entre unos y otros.

¿Cuál es el tipo de arroz mejor para la salud?

Lo más aconsejable para la población general es consumir el arroz en su versión integral por su mayor riqueza de nutrientes. Además, su mayor contenido en fibra sacia más y ayuda a regular mejor los niveles de azúcar en sangre, Eso sí, para algunas personas con patologías digestivas será más recomendable el consumo de arroz blanco, con menos contenido en fibra.

Cómo combinar mejor el arroz

Para que la comida resulte completa nutricionalmente se recomienda combinar el arroz, que es fuente de hidratos de carbono, con un acompañamiento o ración vegetal en forma de ensalada o verduras cocinadas y con una ración de proteínas de buena calidad, como legumbres, huevo, frutos secos, pescado o carne.

En el caso de que se consuma el arroz como «paella» se recomienda combinarlo como plato único y principal con un primer plato o entrante de ensalada o verdura.

El falso mito: ¿engorda si lo como por la noche?

La premisa es clara, ningún alimento como tal engorda, se consuma a la hora que se consuma (mañana, mediodía o noche). No es el alimento, sino tal vez la cantidad en la que se consuma lo que puede influir en el aporte calórico total.